sábado, 14 de abril de 2012

NICETO BLÁZQUEZ, ION ILIESCU Y RAOUL SORBAN

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN RUMANIA

EL MARTIRIO HISTORICO DE LOS MASS MEDIA EN RUMANIA

NOTA ACLARATORIA

El presente texto lo escribí en noviembre de 1995, o sea 6 años después de la revolución que terminó con la dictadura comunista en Rumania y lo reproduzco aquí como recuerdo nostálgico de mis viajes por aquellas tierras y expresión de agradecimiento a las muchas personas que me ofrecieron su amistad generosa e incondicional. El texto, pues, tiene un valor primordial de gratitud cuando ya me encuentro en las segundas vísperas de la vida. Pero creo que también tiene un valor histórico en el sentido de que lo que aquí se dice es reflejo de un momento importante de la historia moderna de Rumania. El texto original, más extenso y bien documentado, puede verse en el volumen 35 de la revista Studium, del año 1995. Por razones pragmáticas he omitido aquí datos interesantes sobre la historia general de Rumania y las referencias documentales. Para entender el verdadero sentido de este texto el lector ha de situarse en el momento en que fue escrito cuando se estaba produciendo en Rumania la transición política del régimen comunista al democrático occidental. Desde entonces han pasado 15 años pero en el archivo de mis recuerdos felices el tiempo no ha pasado. Por ello la necesidad permanente de encontrar cualquier disculpa para expresar mis sentimientos de gratitud al pueblo rumano con el que viví momentos muy felices de mi vida. Las fotografías que ilustran el texto sirven para testificar de forma gráfica estos sentimientos de gratitud a todo el pueblo rumano. ¿Por qué he elegido los medios de comunicación como disculpa para formular este testimonio de gratitud? Por la simple razón de que fui profesor de periodistas durante 20 años en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.


1. EL PROTAGONISMO TRÁGICO DE LA RADIO Y TELEVISIÓN


El 25 de diciembre de 1989 el presentador de RADIO-BUCURESTI sorprendió a la audiencia estupefacta con estas palabras introductorias: "Ce veste minunata, Anticristul a murit in ziua nasteri lui Hristos". (Qué admirable noticia, el anticristo ha muerto en el día del nacimiento de Cristo). Una semana de insurrección había terminado con la ejecución del dictador comunista Nicolai Ceausescu y de su mujer, Elena Petrescu.



La noche del 26 al 27 del mismo mes los rumanos que pudieron disponer de un televisor contemplaban estupefactos la retransmisión televisada del pintoresco proceso que terminó con el acribillamiento a balazos de la pareja Ceausescu. El protagonismo de la radio pasó ahora a la televisión. Se había anunciado a la población, todavía incrédula, la presentación en pantalla de unos documentos sobre el proceso y la ejecución. Y así fue. Las imágenes mostraron un decorado extremadamente simple. El dictador destronado y su mujer aparecieron sentados en sendos banquillos lo más parecidos a elementales pupitres escolares. La ausencia de solemnidad sorprendió a los telespectadores acostumbrados a las apariciones pomposas y triunfalistas del "conducator" y su consorte. Ella da la impresión de estar agotada y muerta de frio. Él, sin afeitar, el pelo revuelto y la mirada burlesca. En su interior está convencido de que ha sido atrapado en el juego traidor de un golpe de Estado. Por otra parte, los telespectadores no acaban de estar satisfechos por la objetividad de las imágenes, en las cuales el tribunal permanece oculto y sólo pueden oírse sus voces. Las primeras imágenes de los cuerpos muertos tampoco han convencido. La gente quiere ver todo lo que ha ocurrido. Detrás de las imágenes puede esconderse una gran mentira.


El propio sucesor del dictador comunista, Ion Iliescu, ha pretendido dar una explicación de esta cinta apocalíptica del final del "rey comunista" rumano, como irónicamente ha sido definido. La cinta de video con las imágenes del proceso y de la ejecución fue enviada al Ministerio de Defensa por el general Stanculescu. Se ha hecho inmediatamente una copia, pero eliminando algunas escenas. Por razones de seguridad se suprimieron las imágenes en las que aparecían los miembros del tribunal. Se decidió igualmente que no se retrasmitieran las imágenes macabras de la ejecución y de los cadáveres, por considerar que no se trataba de satisfacer con tales imágenes la curiosidad morbosa de la gente, sino de transmitir un mensaje político, para lo cual bastaba con anunciar formalmente la muerte de la pareja dictatorial.


Esta copia sesgada es la que se envió a los estudios de televisión para su inmediata difusión. Los primeros sorprendidos al ver la cinta fueron los propios rumanos en general, a muchos de los cuales les costaba creer la objetividad de lo que estaban viendo, pero más aún a los profesionales de la información en particular. Baste decir que cuando Sergiu Nicolaescu entregó la cinta incompleta al periodista Victor Ionescu, éste le amenazó de muerte si no le proporcionaba inmediatamente la cinta original completa. La respuesta del nuevo equipo de poder, presidida por Ion Iliescu, fue que las circunstancias de seguridad eran tan precarias que no se podía correr el riesgo de llevar el original. Esta razón fue aceptada de momento y se procedió a la difusión del vídeo tal cual había sido recibido.


Según la versión del propio Ion Iliescu, las imágenes difundidas dieron lugar a un cuerpo de opinión, cada vez más vigoroso en los días inmediatos a la retrasmisión, según el cual las imágenes vistas no eran un argumento convincente de que Ceausescu hubiera muerto. Lo cual echaba por tierra el significado político que se había pretendido transmitir suprimiendo las macabras imágenes de la ejecución y de los propios miembros del tribunal militar, que llevó a cabo el simulacro del juicio contra el dictador y su mujer. Para salir al paso de este temeroso rumor el nuevo equipo de poder se vio obligado a realizar una segunda copia del original en la cual aparecen las imágenes de la ejecución, que tanta emoción han provocado sobre todo en el extranjero. De hecho, esas terribles imágenes han suscitado un indiscutible sentimiento de compasión hacia los ejecutados y de antipatía hacia los inductores y ejecutores de las mismas. El puritanismo informativo produjo el efecto contrario de lo que pretendieron los emisores principales de la noticia. De hecho, estas y otras imágenes informativas de la transición rumana han sido la causa principal de las reservas políticas internacionales contra el régimen sucesor de la dictadura comunista orquestada por Nicolai Ceausescu y su camarilla.


Pero volvamos sobre los aspectos informativos del suceso protagonizados por la televisión. Según el testimonio personal de Ion Popescu, miembro del pelotón de ejecución, los Ceausescu, una vez oída la sentencia de muerte, fueron maniatados y conducidos hacia el paredón de la muerte. Durante el desplazamiento Nicolai tarareó el primer verso de la Internacional. Una vez situado contra la pared de los retretes y sin serle vendado los ojos, como suele prescribir la liturgia de estas macabras ceremonias de la justicia, gritó: "Viva el partido comunista Rumano". Mientras tanto Ion Ionescu empujaba contra la pared a Elena, también maniatada y con los ojos sin vendar. En cuestión de segundos se ha unido al pelotón y sin recibir la orden de nadie han descargado todos al mismo tiempo treinta balas cada uno sobre los cuerpos del delito. Inmediatamente uno de los oficiales ha sufrido un ataque de nervios y muerto de miedo gritó que había disparado para vengar la muerte de sus colegas en la televisión. Uno de los compañeros trató de calmarle sentado irónicamente en el mismo banquillo en el que había sido condenado Nicolai Ceausescu. Por su parte, Ion Popescu confiesa que no tuvo en ningún momento sentimiento alguno de misericordia ni de arrepentimiento hacia los ejecutados. Según Gelu Voican-Voiculescu, testigo ocular de la ejecución, fue filmado todo el proceso, pero no se presentaron inmediatamente las imágenes de los cadáveres porque era la víspera de Navidad. A su juicio la omisión de las mismas fue un gran error porque con ello se alimentó la idea de que los presuntamente ejecutados estaban en realidad vivos.


El 24 de abril de 1990 Michel Tatu hacía un balance del resultado de esta manipulación informativa de la televisión. Terminado el simulacro de juicio, se leyó la sentencia y los soldados les esposaron las manos para que entendieran de una vez que iban a ser ejecutados. Elena les recriminó con estas palabras más o menos literales: "No tenéis derecho a maniatar a una madre. Os he criado yo como una madre. Muchachos, qué hacéis?" La televisión omitió deliberadamente esta escena conmovedora alegando razones de deficiencias técnicas. ¿Resultado de esta emisión? Las imágenes manipuladas produjeron una reacción de simpatía universal hacia los ejecutados, sobre todo en el extranjero.


El comentario de Tacu no tiene desperdicio. La excesiva manipulación de la información hace que los mayores especialistas de las intrigas bizantinas caigan en la trampa que ellos mismos han tendido. La censura del proceso y de la ejecución alimentó una serie de especulaciones que agravaron la situación. Por ejemplo, que habían sido ejecutados por separado y no por un pelotón de ejecución. Este no habría actuado, cumpliendo una orden judicial, sino como mero elemento decorativo de toda una trama para terminar de una vez por todas con el dictador. Una cosa sí quedó clara y es que el dictador y su mujer habían sido eliminados, pero quedó la permanente sospecha sobre la objetividad de un medio tan poderoso cual es la televisión.


A pesar de todo, los rumanos siguieron pegados a la pantalla del televisor, en la medida de sus limitadas posibilidades, a los partes radiados y a la prensa, que empezó a funcionar a tientas y a locas. Entre el 21 y 23 de diciembre habían muerto muchachos jóvenes en Bucarest durante la manifestación junto a la sede de la Radiotelevisión y las fotografías de las víctimas son publicadas por ROMANIA LIBERA. El propio periódico comunista TINERETUL LIBER, del 28 de diciembre, publica un título que a muchos rumanos podía parecerles todavía increíble: "Dictatorul nu mai exista, nici legile lui odioase". De la difusión de los acontecimientos en Timisoara y otros puntos calientes del país se encargó particularmente la radio.


El 22 de diciembre la radio pasa a manos de los insurgentes de Bucarest y se convierte en la "voz de la revolución". Desde la radio se proclama, a las 11,50, el estado de emergencia en todo el país y es a partir de este momento que la población que ha seguido la emisión entiende que todo ha cambiado. A las 13,5 el poeta Mircea Dinescu penetró en la emisora de radio y anunció formalmente que Ceausescu había huido. De momento no se podía esperar mucho de la prensa, por lo que todos dependen de lo que se dice por radio y puede verse en la televisión. Estos dos medios de comunicación se convierten en la mamadera informativa universal, dentro del país y más aún en el extranjero. Se comprende que el Consejo del Frente de Salvación Nacional, que asume las riendas perdidas de Ceausescu, se apodere inmediatamente de los puestos de radio y televisión.


2. PLAN DE NUESTRA EXPOSICIÓN


Clement Jones en su célebre informe para la UNESCO sobre la deontología de la información escribió estas irónicas palabras sobre la situación de la ética de la información en Rumania. "Los periodistas rumanos no han experimentado la necesidad de dotarse de ningún código deontológico para uso particular. Las leyes de prensa de su país ofrecen ya todo un capítulo en el que tratan exhaustivamente de las responsabilidades jurídicas y morales de los periodistas. Las infracciones de la disciplina profesional o de la moral están allí bien provistas de adecuadas sanciones. La ley sobre la Prensa, en su forma actual, se remonta a 1974".


El Informe JONES pasó olímpicamente del tema Rumania. Ahora bien, la ley de 1974 es la que ha servido de escudo para la constante y cada vez más acentuada represión de la prensa y de la libertad de expresión pública en Rumania a lo largo de la dictadura comunista pilotada por Nicolae Ceausescu. Por tratarse de un periodo epicéntrico, vamos a desarrollar nuestra exposición del modo siguiente. Primero trazaremos una pincelada de encuadre sobre la historia general de este maravilloso país, tradicionalmente poco o mal conocido en Occidente. Como queda dicho más arriba, suprimimos aquí este encuadre histórico para fijar la atención en algunos de los momentos culminantes de la historia de la prensa rumana.


Los cuatro documentos referenciales o paradigmas de nuestra exposición son la ley de 1974, la Constitución de 1991, la ley sobre los medios audiovisuales de 1992 y el Código Deontológico adoptado por la Asamblea Nacional de Periodistas Rumanos el 15 de mayo de 1991. Como, por otra parte, la situación de la prensa rumana desde finales de la segunda guerra mundial ha sido similar a la de los otros países de llamado "telón de acero" hasta 1989, tendremos que poner de relieve algunos aspectos comunes con la prensa de los países que se vieron obligados a adoptar el modelo marxista de información. Tanto durante la vigencia del sistema comunista como tras la caída del muro de Berlín y el periodo de transición.


3. NACIMIENTO Y MUERTE DE LA PRENSA RUMANA


Para los historiadores de la prensa rumana la fecha referencial clave es el año 1830, cuando se afirma la conciencia nacional del país, el desarrollo de la enseñanza, de la ciencia, del arte y de la literatura nacional. La prensa nació como vehículo de la cultura europea del momento, pero más aún como afirmación civilizada de la conciencia nacional contra la ocupación zarista mediante el desarrollo del idioma y de la cultura nacional propia. Por su significado histórico merecen particular recuerdo las cuatro publicaciones pioneras asociadas a nombres casi míticos del periodismo rumano como son Eliad y Asachi. En el momento de escribir estas páginas no conozco ninguna historia completa moderna del periodismo rumano. Durante la larga dictadura comunista no hubo lugar para hacer periodismo propiamente dicho y menos aún para escribir su historia. En mi trabajo me he servido de la modesta, pero valiosísima obra de Nicolae IORGA, Istoria presei romanesti. De la primele inceputuri pana la 1916, publicada en Bucarest en 1922 con un estudio complementario de actualización a cargo de C.CABALCASA.


El día 8 de abril de 1829 apareció en Bucarest CURIERUL ROMANESC. Fue un acontecimiento muy importante protagonizado por Eliad. Se dice que la feliz criatura periodística hizo correr lágrimas de emoción. Hombres y mujeres, niños, ancianos y maestros de escuela se congregaban en torno a cualquiera que llevaba en mano un ejemplar. La curiosidad por saber lo que pasaba en su entorno encontraba el medio adecuado para ser ahora satisfecha. Pocos días después, el 17 de abril, se redacta una invitación general para que los rumanos se suscriban a la "GAZETA ROMANEASCA DIN IASI". Asachi, como Eliad, está convencido de la necesidad de la prensa para el desarrollo de una nación cultivada y funda "ALBINA" (La abeja), que terminará llamándose "Albina Romaneasca". Con la particularidad importante como fue el hecho de que nació con el visto bueno de la potencia rusa de ocupación. Y algo más. Nace ya con su pequeño código deontológico debajo del brazo, cuyos principios fundamentales son el respeto de la religión y de las leyes del país, la veracidad de las informaciones y la puesta en práctica de las habilidades profesionales. Estas son las normas deontológicas fundamentales que “ALBINA ROMANEASCA" se compromete por propia iniciativa a respetar.


En Transilvania Barit no podía controlar su alegría cuando supo que su "GAZETA DE TRANSILVANIA" había conseguido el permiso de nacimiento por parte de las autoridades. Pero pensó que la publicación de hojas volantes de información y cultura era ya muy poca cosa. Había que producir un periódico en toda regla, al estilo como se producían ya en otros países occidentales. Con esta convicción se atrevió a publicar "FOAIA DE SAPTAMANA DIN TRANSILVANIA", que provocó la censura por parte de las autoridades de ocupación. No obstante, el 12 de marzo de 1838 apareció felizmente el primer número autorizado de la "Gazeta de Transilvania" en excelentes condiciones tipográficas para aquella época. Su trasfondo político no podía pasar desapercibido en aquellas míticas y eternamente disputadas tierras de Transilvania. Su objetivo principal estuvo marcado por la defensa de los derechos rumanos sobre la región. Sin embargo, se considera que el primer periódico en toda regla apareció el 1 de enero de 1838 en Bucarest. Se llamó "ROMANIA" y no cabe duda de que sus inspiradores pertenecían al círculo de profesores ardealenses, los cuales acariciaban la idea de unir políticamente, no sólo a los ciudadanos del Principado transilvanés, sino a todos los rumanos. El programa de fondo de estas publicaciones pioneras del periodismo rumano era sobre todo despertar la conciencia nacional de sus lectores, abrirles a Europa y todo ello estimulando el desarrollo del idioma rumano y de la cultura propia nacional mediante un lenguaje lo más asequible posible por parte de los lectores.


La prensa rumana registró un florecimiento notable a comienzos del siglo XX y contribuyó eficazmente a la creación de un clima democrático. Surgieron grandes publicistas, entre los cuales había muchos políticos y hombres de la cultura de la categoría de Nicolae IORGA y otros muchos. Este florecimiento culminó durante el periodo de entreguerras y feneció con la llegada de los comunistas al poder. Entre los periódicos más influyentes de esta época cabe recordar "Romanul", "Timpul", "Universul", "Adevarul", "Lupta" y "Dimineata". Todos ellos de orientación fundamentalmente democrática. Algunos han renacido con el mismo nombre después de la revolución de 1989. A partir de 1950, año en que se consolidó definitivamente el poder comunista, la prensa rumana empezó a agonizar. Con los partidos de la oposición desaparecieron también sus órganos de prensa junto con cientos de otras publicaciones existentes. El totalitarismo comunista monopolizó la prensa y la convirtió primero en instrumento de adoctrinamiento marxistas. Posteriormente, sobre todo a partir de 1970, el régimen comunista convirtió la prensa en un instrumento temeroso de propaganda de las ideas y arbitrariedades personales del dictador Ceausescu. A juicio de M. Constantinescu: "Fue el período más negro de la prensa rumana, cuando la estandarización informativa, la desinformación sistemática, la censura y la robotización intelectual provocaron grandes perjuicios al desarrollo de la personalidad humana".


4. LA PRENSA DEL "CAUDILLO INSPIRADO"


Ya antes de llegar a la cumbre del poder comunista el joven agitador olteno Nicolai Ceausescu había demostrado sus altas cualidades de propagandista. Protagonista de la colectivización agrícola al estilo soviético, su brutalidad se manifestó pronto con sus campañas de adoctrinamiento. En 1974 demostró que era todo un maestro en el arte de la propaganda ideológica marxista mediante el uso manipulado y censurado de los medios de comunicación social. Su método consistía, por una parte, en la omisión y la censura. Por otra, en la elaboración de un discurso unilateral en función de sus intereses personales. Para este trabajo de censura y manipulación de los medios de comunicación encontró un buen ejecutivo en la persona de Dumitru Popescu, el cual fue Secretario del Comité Central del PCR y controlaba directamente el Consejo Nacional de Radio-Televisión, creado por el propio Ceausescu en 1971. Fue un hombre siniestro con gafas oscuras y de pocas palabras, aborrecido sobre todo por los intelectuales a los que tenía puesta una terrible mordaza. Para llevar a cabo los objetivos de la dictadura personal comunista nada mejor que establecer una ley de prensa a la medida de esos objetivos.


5. LA LEY NR. 3 DEL 28 DE MARZO DE 1974


A continuación destacamos los aspectos más negativos de los 97 artículos del texto legal. En la introducción se sientan las bases filosóficas sobre las que se pretende legitimar el significado y contenido del texto. La presente ley de prensa se inscribe en el contexto del X Congreso del Partido Comunista Rumano y sus ideales socio-comunistas de corte estalinista. Se trata de definir y reglamentar las actividades de la prensa destacando su función socio-política y educativa en función exclusiva de los intereses del Partido Comunista. Una vez proclamado este punto de vista unilateral, con exclusión de cualquiera otro, se dice que con esta ley se pretende asegurar a todos los ciudadanos, sin diferencia de nacionalidad, raza, sexo o religión, la posibilidad de expresar sus opiniones y puntos de vista sobre los asuntos de carácter general y de interés público. A condición, claro está, de que en ningún momento esa libertad de expresión conlleve la manifestación de opiniones o actitudes en desacuerdo con los ideales y objetivos de la causa socialista en todos los sectores de la vida. Para evitarlo está el Partido Comunista. Se sobreentiende que la libertad de expresión garantizada a la prensa es para ensalzar y promover la causa socialista y rechazar cualquiera otra bajo la dirección del Partido Comunista Rumano.


En el artículo 5 entiende la prensa en sentido tan amplio que prácticamente comprende a todas las formas posibles de expresión pública. Re refiere a toda actividad informativa pública escrita o grabada materializada en periódicos, revistas y boletines; a las emisiones de radio y televisión con fines informativos o publicitarios específicos de estos medios; a los diarios cinematográficos de actualidad, películas y documentales informativos y a cualquiera otra forma impresa o grabada, gráfica, sonora o visual destinada para ser utilizada como medio de expresión o de información pública masiva. Bajo la denominación de Órganos de Prensa comprende prácticamente a toda manifestación pública de informaciones, ideas y opiniones. Con esta definición descriptiva de la prensa y la que ofrece en el artículo 39 del periodista, al hablar de sus obligaciones y derechos, el control de la comunicación social era prácticamente absoluto al servicio de la causa comunista interpretada por el "caudillo iluminado".


En el artículo 7 se pone en claro que el rol activo y específico asignado a la prensa, así definida por el PCR, consiste en militar por la materialización en la vida práctica del programa socialista inspirado en el materialismo dialéctico (art.8) y en contra de las posiciones obscurantistas, retrógradas y antihumanas. O sea, todas las concepciones de la vida que no sea la marxista. En estos artículos se refleja lo que Ceausescu había dicho solemnemente pocos años antes refiriéndose a la educación socialista: "No admitimos más que una única filosofía y concepción de la historia, el materialismo dialéctico. Ninguna otra concepción de la historia debe ser enseñada". Este era el dogma fundamental ceausista que tenía que ser respetado de forma absoluta en los centros de propaganda y reeducación permanente para la causa comunista.


La prensa es para educar al pueblo desarrollando la conciencia socialista, cultivando el amor al Partido Comunista Rumano mediante el respeto de la ética y el derecho socialistas (art.9). Todo lo cual tiene que ser especialmente efectivo tratándose de la educación de la juventud (Art.10). La prensa tiene el deber de contribuir al desarrollo de la democracia socialista y de ofrecer al pueblo los documentos del Partido Comunista para que se imbuya de su espíritu. La prensa debe ser crítica y militante. Pero nunca contra la causa comunista o en desacuerdo con la ética y el derecho socialistas.


El capítulo III estaba íntegramente dedicado a la organización de las actividades de prensa y consagraba los artículos 22-33 al Consejo de Prensa. El control de toda actividad de prensa, en el sentido universal antes indicado, por parte de este organismo es prácticamente absoluto. Baste destacar el art. 23, según el cual, dicho Consejo "dirige y coordina toda la actividad de la prensa y garantiza su orientación de acuerdo con el programa del Partido Comunista Rumano" en todos los aspectos de la vida económica, social y política.


Catherin Durandin consideró con razón esta ley como el instrumento ideal del dictador para tenerlo todo bajo su control. Impone la censura estricta para todo el conjunto de la prensa y de los medios de comunicación en general, prohíbe criticar al Partido comunista y a sus representantes y cualquier tipo de información que pudiera perturbar el orden social y moral socialista. De acuerdo con la mentalidad ceausista, cada periodista, como cada tractorista, ha de comportarse como un activista comprometido con la causa comunista. Pero esto no era todo. En la práctica el control resultaba muy efectivo invocando la escasez de papel para limitar al máximo la circulación de periódicos.


Clement JONES, al redactar su informe para la UNESCO, se encontró con esta ley de prensa ceausista. Pasó de largo diciendo con fina ironía que los periodistas rumanos no tenían necesidad de código deontológico por contar con una ley que les recordaba suficientemente sus derechos y obligaciones. Jones se refería especialmente al capítulo IV, dedicado a los derechos y obligaciones del periodista, y al VII, donde se especifican las sanciones. Sin olvidar el capítulo V en el que, desde los presupuestos del materialismo dialéctico y de la moral socialista derivada de los mismos, se habla del secreto profesional, del derecho de réplica y de las relaciones de la prensa con la sociedad. En el capítulo VI está implícito el problema de las fuentes de información. Hagamos un recorrido por estos capítulos destacando los puntos de mayor interés.


Primero define al periodista profesional. Se considera como tal a toda persona que redacta, elabora o dirige las publicaciones; a los emisores de la radio y televisión y a toda persona que desarrolla alguna actividad relacionada con la prensa. El ejercicio de la profesión de periodista sólo podrán ejercerlo quienes estén dispuestos a consagrarse por completo a la causa del Partido Comunista Rumano; a apoyar la causa del socialismo y del comunismo; a militar con espíritu revolucionario y a respetar los principios de la moral socialista, sin olvidar su formación permanente en ese dominio. En cuanto a sus derechos, el texto deja bien claro que éstos sólo son reconocidos en la medida en que se ejercen en función de la causa socialista y comunista en el marco de sus leyes. Los periodistas son trabajadores sometidos estrictamente a las normas y consignas socialistas del Partido Comunista Rumano. Desde esta perspectiva antropológica el art.57 no deja lugar a dudas. La violación grave o sistemática por parte del periodista de la ética profesional socialista se castiga con la retirada temporal o definitiva del carnet de periodista pasando a trabajar en otro sector, siempre bajo el estricto control de la ley.


Las fuentes de información son los organismos estatales, habida cuenta de que en el régimen comunista rumano todas las instituciones públicas eran estatales. Estas eran las fuentes de las que los periodistas tenían que obtener sus informaciones. Sin olvidar que tales organismos tenían que respetar los secretos de Estado y los aspectos más íntimos y privados de las personas (art. 58-59). Igualmente se hace mención del secreto profesional en relación con esas fuentes oficiales de información (art.61). El artículo 67 es contundente. Hay que defender los intereses de la sociedad y de las personas contra los eventuales abusos en el ejercicio de la libertad de prensa. Una vez más se insiste en que la libertad de prensa jamás podrá servir de excusa para contravenir, bajo ningún concepto, a los intereses de la sociedad socialista conducida por el Partido Comunista Rumano. Y es dentro de este contexto ideológico y antropológico como se han de entender los principios de rectificación y de réplica evocados en los artículos 69-72.


Por lo demás, el periodista es siempre responsable de la exactitud y objetividad de sus informaciones y del respeto a los secretos profesional y de Estado (art.73). Por su parte, los corresponsales enviados al extranjero han de tener bien claro que son militantes, allí donde son enviados, del Partido Comunista Rumano y de sus intereses internacionales (art.75-78). Por lo que se refiere a la prensa extranjera en Rumanía, la normativa legal era tal que, de hecho, sólo se permitía la difusión de la prensa extranjera comunista (art.81-85).

Por último el capítulo de sanciones. Los castigos contra los flojos u hostiles al cumplimiento de la normativa y los criterios establecidos en esta ley de prensa - que abarca, como queda dicho, a todos los medios de comunicación social existentes o imaginables-, van desde la multa de 1000 a 5000 lei y la expulsión de la profesión hasta 2 años de cárcel con multa imprevisible ( art.86-92). Esto legalmente. En la realidad práctica la actividad informativa durante la dictadura comunista fue sistemáticamente sofocada como tal profesión y la vida de los periodistas corrió siempre grave peligro. El monopolio comunista de la prensa y su irracional interpretación de la libertad de expresión pública no es una originalidad exclusiva de la dictadura comunista rumana. En este asunto hubo coincidencia absoluta en todos los regímenes comunistas del Este europeo. Todos los códigos deontológicos existentes en esos países estaban pensados desde la despótica filosofía marxista y estalinista de la comunicación y del absolutismo colectivista y represivo de las más legítimas libertades públicas.



6. BALANCE GLOBAL DE LA SITUACIÓN DE LA PRENSA RUMANA DURANTE LA DICTADURA COMUNISTA


En palabras de Darie Novacianu, director del diario ADEVARUL, y testigo de excepción como profesional de la información bajo la dictadura ceausista, "los medios de comunicación cumplían con su misión de desinformar y de mal informar". Del marxismo, madre nutricia intelectual de la ley de prensa a la que terminamos de referirnos, Novacianu no duda en afirmar que "es la mejor escuela de desinformación y manipulación que hay en el mundo".


Durante muchos años el escuchar las emisiones de la estación de radio EUROPA LIBERA, ubicada en Munich y sufragada por el Senado de los EE.UU, o la VOZ DE AMERICA, era arriesgarse a pasar el resto de los días en la cárcel, sobre todo tratándose de intelectuales. Pero la "primavera de Praga" de 1968 significó un debilitamiento progresivo de la arrogancia ceausista en esta materia. El "caudillo de los cárpatos" tembló siempre ante la imposibilidad de controlar las escuchas de estas emisoras de radio extranjeras. Persiguió su seguimiento y a los protagonistas de sus emisiones, pero con escaso o ningún éxito. Estas dos emisoras de radio han sido más efectivas en el desmoronamiento del marxismo que ninguna estrategia política o económica, y menos aún militar.


La prensa rumana, desde 1950 hasta diciembre de 1989, era escasa, inauténtica y afortunadamente poco o nada leída. Los tres grandes periódicos eran, en primer lugar, SCINTEIA (la chispa), órgano del Comité Central del Partido. Después estaba ROMANIA LIBERA (Rumania libre), que era el órgano del Frente Democrático. Por otra parte, SCINTEIA TINERETULUI (Chispa de la juventud). Indefectiblemente tenía que aparecer en todos ellos la fotografía del amo o alguna apología del mismo. El derecho a la primera página era sagrado.


Excepción hecha del terremoto de 1977, la prensa comunista rumana no daba nunca noticias de las catástrofes naturales. Informativamente todo estaba perfectamente controlado por el Partido y sus líderes de suerte que, para efectos informativos, las calamidades naturales, los crímenes, el hambre, el frío y las violencias y toda suerte de corrupciones morales sólo existían en los países capitalistas, de los que había que protegerse. En Rumania todo era perfecto y lo que no lo era estaba a punto de serlo para honor y gloria de la eterna posteridad socialista y vergüenza de sus enemigos. En la mentalidad comunista no cabía la idea de un periodismo de información propiamente dicha. Los denominados periodistas en realidad eran forzados a comportarse como activistas efectivos del despotismo y las arbitrariedades del Partido Comunista.


Las restricciones y supresiones de los medios de comunicación aumentaron vertiginosamente durante los últimos años del dictador. Temas relacionados con el sida, la robótica o la inteligencia artificial estaban prohibidos incluso para la prensa de información científica. Menos aún se permitía una información objetiva sobre el fenómeno de la perestroika en la Unión Soviética y de las reformas que se llevaban a cabo en el resto de los países socialistas del Este europeo. Sólo se podía hablar de ellas para descalificarlas y proteger a Rumanía de su presunto peligro. Pero las protestas tampoco faltaron, por más que el riesgo de la vida era muy grande. El mero hecho de no citar con más frecuencia al dictador para ensalzarle era motivo suficiente para destituir a un periodista.


La prensa estuvo secuestrada durante todo el período de régimen comunista, pero tenemos que destacar un hecho sobre el que no se ha reflexionado suficientemente. Me refiero al papel jugado por la RADIO en general y LA VOZ DE AMERICA y RADIO EUROPA LIBERA en particular, ssin olvidar a la BBC, RADIO FRANCE INTERNATRIONMAL y DEUTSCHWELLE. La radio ha sido el elemento clave del proceso de debilitamiento progresivo del despotismo socialista de los países del Este europeo hasta la caída del muro de Berlín. Más decisivo incluso que la prensa clandestina. Ceausescu no pudo quitarse jamás de encima la pesadilla de la estación de Radio Europa Libera de Munich. Sus comentarios sobre la situación en Rumanía le hacían perder los estribos sin que jamás pudiera hacer nada efectivo para acabar con ella. Los pequeños transistores eran introducidos por los mismos militantes del régimen que se permitían el lujo de tener contactos con el extranjero. Ni siquiera boicoteando el mercado de pilas de alimentación consiguió que las ondas herzianas dejaran de socavar el sistema. El 1989 fue posible que incluso los más controlados líderes de la vieja guardia pudieran hacer llegar a la prensa extranjera un comunicado de denuncia contra el dictador y su régimen. Esta fue la puntilla final. Comenzó sofocando a la prensa en 1950 y terminó abatido por la radio, la prensa y la televisión en 1989.


7. LA REVOLUCIÓN DE 1989 Y EL "BOOM" DE LA PRENSA


El golpe de gracia tuvo lugar, como queda dicho, durante la segunda quincena de diciembre de 1989. Pocas horas después de la huída de Ceausescu, el 22 de diciembre, salió a la calle con aires de libertad el diario bucarestienese INFORMATIA BUCURESTIULUI con el nombre de LIBERTAEA. El órgano del Comité Central del Partido Socialista SCIENTEIA POPORULUI se transforma en ADEVARUL. El ROMANIA LIBERA, órgano del Frente de Democracia y Unidad Socialista, aparece con el mismo nombre, pero como independiente y privatizado. El órgano de las juventudes comunistas ya no aparece más como SCINTEIA TINERETULUI, sino como independiente bajo la denominación de TINERETUL LIBER. Por su parte, la publicación en húngaro ELÖRE retoma su nombre original ROMANIA MAGYAR SZO y se independiza. Lo mismo ocurre con la publicación en alemán NEUER WEG. Sólo en Bucarest aparecieron en 1990 una decena de periódicos de ámbito nacional. El mismo fenómeno explosivo y mimético se produjo con los semanarios y revistas de información general. Algunas de estas publicaciones han renovado su orientación, pero conservando el mismo nombre. Otras son completamente nuevas y han tenido bastante éxito, al menos momentáneo. Este "boom" de la prensa es tan comprensible como su rápida saturación y crisis. En la primavera de 1990 se celebraron las elecciones y ello marcó el principio de una nueva etapa menos utópica y más realista. El interés popular por la prensa empezó a decrecer como la espuma ante un soplo. Subió vertiginosamente el costo de la vida y también el precio de producción y venta de los periódicos. En poco tiempo el papel empezó a escasear y a encarecerse de forma alarmante y faltaban las infraestructuras mínimas para soportar la explosión de la divulgación periodística.


8. ORIENTACIÓN POLÍTICA Y PRIVATIZACIONES


Políticamente hablando hay periódicos y revistas de todos los colores, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda. Eso sí, excepción hecha de los órganos de los partidos, todos alardean de ser independientes. Una calificación política orientativa, incompleta y provisional podía ser la siguiente. AZI y DIMINEATSA, LIBERTATEA y TINERETUL LIBER se desmarcan de la ideología comunista aproximándose a la ideología de la social-democracia, mientras que ROMANIA LIBERA, ROMANIA MAGYAR SZO, EXPRES, EXPRES MAGAZIN y BARRICADA,22 se pueden enmarcar entre las posiciones más liberales. SOCIALISTUL es claramente neocomunista y ROMANIA MARE y EUROPA son herederos de la línea comunista de Ceausescu. Por otra parte el FSN fomenta y se alimenta de la prensa de orientación nacionalista. Dietrich Schlegel ha hecho el siguiente análisis político. ADEVARUL es el sucesor de SCINTEIA. Es bastante pro nuevo régimen, pero no necesariamente portavoz de las palabras del presidente Iliescu, como lo fuera de Ceausescu. El actual Gobierno del FSN tiene su propio portavoz, que es AZI, y un buen apoyo con DIMINEATA. En este último trabajaban muchos generales y oficiales militares. ROMANIA LIBERA es el periódico más fuerte de la oposición, que ha resistido a las maniobras de las autoridades y a las dificultades económicas. ROMANIA MARE es patriotero sospechoso, racista y antisemita declarado. Este periódico cuenta con el apoyo de los ultra-leales del Ceusescu "post mortem".

Por otra parte, la tendencia es a la privatización a través de las sociedades anónimas al tiempo que la ola de publicaciones remite sensiblemente. Muchas publicaciones desaparecen al tiempo que surgen otras nuevas. Como he recordado más arriba, la agencia ROMPRES realizó un esfuerzo por controlar estadísticamente el número de publicaciones, pero todavía no hay datos fehacientes al respecto. Lo más seguro es que de las mil quinientas publicaciones calculadas en 1991, unas quinientas desaparecieron muy pronto. Otras cambian constantemente de perfil para ser más lucrativas. Por ejemplo, INDISCRET, LOVE y OBLIO, representantes de la prensa amarilla y sensacionalista, o como BURSA y ANUNTURI, de naturaleza publicitaria. Otra observación importante se refiere a la mejora técnica y a la calidad del papel, así como a la financiación extranjera. Durante la primera ola la presentación de los periódicos y de las revistas era físicamente desoladora. La calidad material era tan pobre que muchas veces resultaba casi imposible imprimir sobre un papel que se deshacía entre las manos con sólo tocarlo. En libros de bolsillo podían apreciarse hasta tres o cuatro clases de papel diferentes con páginas materialmente ilegibles por la imposibilidad de obtener una impresión mínimamente aceptable.


La agencia comunista AGER PRES cambió su nombre por ROMPRES y siguió estando financiada por el Estado. De momento mejoró su actividad pero muy atada al Frente de Salvación Nacional perdiendo de nuevo calidad informativa y, lo que es peor, a muchos de sus profesionales que buscan mejor suerte en las empresas privadas nacientes. Por ejemplo la A. M Pres, la cual, en contrapartida, refleja más que otra cosa los intereses y criterios de la oposición al FSN. En realidad la prensa rumana de la transición no ha sufrido los efectos de la censura estatal, pero sí los de esa otra llamada con acierto "censura económica", que no se ha resuelto ni siquiera con la inversión extranjera del grupo Maxwell. Pero creo que no puede decirse lo mismo de la radio y la televisión. Su control por parte del FSN en el Gobierno fue manifiesto desde el día mismo de la caída de Ceausescu.


9. EL PROBLEMA DE LA TELEVISIÓN Y DE LA RADIO


La impresión que yo recibí en 1988 estando en Rumania fue que la actividad informativa, tal como se ha entendido tradicionalmente en las democracias occidentales, prácticamente era allí desconocida y no practicada. Era inútil poner en marcha el transistor para oír noticias. Lo único que había era música folklórica para distraer a la gente y las interminables loas al "conducator" y a sus presuntas hazañas nacionales e internacionales. La televisión funcionaba dos horas diarias (un poco más los fines de semana) de las cuales la mayor parte del tiempo se dedicaba a cantar las glorias del dictador comunista,- escuchándole a él en persona bajo la mirada protectora y amenazadora de su mujer y la sonrisa cínica de sus incondicionales- o bien comentando sus discursos como quien hace exégesis de la Sagrada Escritura. El resto de las dos horas era fácil de rellenar con noticias genéricas del país y del extranjero, interpretadas en clave ceausista, bagatelas y curiosidades para morir de aburrimiento.

En 1990 las horas de televisión se elevaron a 170 por semana, que, como era de esperar, pronto se redujeron a 150. La televisión costaba dinero y los recursos eran más que precarios. Por otra parte, pasó plenamente al dominio político del FSN, por más que legalmente se dijera que era un órgano independiente subordinado directamente al Parlamento. Aún después de la promulgación de la ley audiovisual, la televisión y la radio han seguido siendo en la práctica un feudo casi exclusivo del FSN.


Desde el punto de vista tecnológico los MC rumanos se debaten todavía en el subdesarrollo. La herencia ceausista ha sido el carácter obsoleto de la técnica y la carencia total de una imprenta moderna. De ahí la calidad miserable de las publicaciones, tanto impresas como gráficas. Con la agravante de la falta dramática de dinero y la lentitud del proceso de conversión a la economía de mercado. La influencia de Radio France International y la colaboración con Canal France International pudiera hacer pensar en un desarrollo aceptable, pero se teme por la llamada "americanización" y "japonización" o colonización extranjera de los medios de comunicación social. Por lo que se refiere a la televisión la compañía británica Atlantic Television ha llegado a un acuerdo de ayuda económica con la TV rumana. Durante la transición el culto a la personalidad de Ceausescu ha sido sustituido en radio-televisión por la complacencia hacia Iliescu. Muchos profesionales del pasado han seguido habituados al pésimo hábito de la autocensura. Por ley natural los cuadros profesionales de la información se van adaptando a las formas democráticas occidentales. Quizás sea ésta la gran ventaja de su dependencia económica de Occidente para el desarrollo futuro. En virtud de la ley audiovisual de 1992 se han concedido varias decenas de licencias para las televisiones locales y numerosas más para radio y televisión por cable. En 1993 se había llegado ya a unas doscientas mil antenas parabólicas.


Pero esto plantea el problema de la independencia y de los contenidos de los programas, sin olvidar el del personal laboral. ¿Serán los rumanos o los británicos, franceses y americanos los futuros propietarios reales de la radio-televisión y de los contenidos de sus programas? Tampoco parece que, a corto plazo, la UE vaya a resolver los problemas endémicos de los media en el Este europeo. De todos modos la ley de los medios de comunicación audiovisuales de 1992, con sus comprensibles defectos, ha significado un paso adelante importante. Aunque el Gobierno del FSN sigue bloqueando el proceso, cuando no favorece a sus intereses políticos, la competencia de las televisiones privadas se impone gradualmente y los periodistas se organizan en asociaciones de la profesión. Como colofón de una etapa de muerte y punto de partida de una verdadera resurrección la Asamblea Nacional de Periodistas Rumanos adoptó su propio código de ética profesional en mayo de 1991. Pero antes de analizar estos textos creo oportuno recordar aquellos problemas comunes a los medios de comunicación de todos los países del Este europeo durante su dramático proceso de transición política.

10. Causas comunes de la crisis de transición

Del análisis de los expertos hemos espigado las siguientes.

1) Por los años 1991-1992 los representantes del antiguo sistema seguían ocupando los cargos más decisivos de las instituciones y órganos de control en el ámbito de los media. El hecho nada tiene de extraño y es perfectamente comprensible. Las generaciones de profesionales no se suceden en cuestión de horas después de medio siglo de secuestro por los hombres de un sistema. Pero estos hombres, que sólo habían conocido el arte de reprimir la libertad de expresión, aún los de buena voluntad siguen bloqueándola de forma casi natural e inconsciente. Les cuesta aceptar una ley de prensa al estilo occidental porque su mente ha sido sistemáticamente educada en el sentido contrario. Su tendencia a utilizar la ley para reprimir la libertad de expresión en lugar de potenciarla es casi biológica. En consecuencia, manipulan la información como la cosa más natural, siguen ciegamente la línea del Gobierno y financian, si llega el caso, la aparición de nuevos periódicos con la apariencia de renovados y modernos. Este fenómeno de agarrarse a las estructuras del antiguo régimen como a una tabla de salvación ante la incertidumbre y el miedo a los cambios se aprecia en todas las instituciones llamadas a ser reformadas y el sector periodístico no podía ser una excepción.

2) Los denominados "disidentes" del antiguo régimen, que han llegado a ocupar puestos de responsabilidad en la transición, con frecuencia se apegan al poder y soportan muy mal las críticas de la prensa, lo cual les induce instintivamente a recortar la libertad de expresión cuando ésta no está de su parte.

3) La mayor parte de los periodistas del antiguo régimen siguen siendo prisioneros de sus inveterados y sospechosos hábitos profesionales. Los hay que siguen renunciando a todo tipo de crítica y apoyando al nuevo poder político como habían hecho siempre. Otros se han pasado al extremo opuesto sirviéndose de la libertad de prensa para discutir y sospechar sin límites de todo y contra todos confundiendo la crítica objetiva con la polémica.

4) No es infrecuente el periodismo autocensurado en el que no se concibe una información sin el automático comentario. Otras veces se cae en la tentación de imitar al periodismo de investigación americano, pero con medios y métodos que no conducen a resultados satisfactorios, lo que pone en duda su objetividad y credibilidad.

5) La crisis económica, la escasez de papel y maquinaria de imprenta amén de la correspondiente subida de los precios, hace muy difícil el desarrollo de una prensa independiente. Por otra parte, las inversiones occidentales en los mass media de estos países son muy interesadas y ello condiciona el desarrollo de una prensa propia y adaptada a las necesidades domésticas reales. Esas inversiones conllevan un colonialismo informativo inevitable.

6) Durante la transición el Estado ha mantenido el monopolio sobre la radio y la televisión y las inversiones privadas a veces han sido monopolizadas por magnates y personajes fuertemente vinculados al antiguo régimen o a los nuevos titulares del poder ejecutivo. A pesar de todo, el proceso legislativo favorable a los medios de comunicación se inició rápidamente tras el derrumbamiento del represivo régimen anterior y sigue su curso irreversible a pesar de las dificultades prácticas que encuentra. Indicamos a continuación los momentos principales de este proceso de normalización institucional de los medios de comunicación social.

11. El reto legislativo de la liberación de los media rumanos

Tan pronto pudo ser constituido el nuevo Parlamento en 1990, entre las 14 Comisiones encargadas de afrontar los problemas más urgentes del país figuraba la Comisión 10 "pentru cultura, arte, mijloace de informare in masa". Uno de sus objetivos era el estudio de la actividad de la prensa, radio y televisión; legislación de la prensa y de los otros medios de comunicación de masas. El resultado inmediato de los estudios de esta comisión se encuentra reflejado en los artículos de la nueva Constitución rumana y en la ley de medios audiovisuales. A continuación ofrecemos los datos esenciales de ambos textos legislativos así como su coronamiento en el código de autorregulación de los periodistas rumanos.

VIDA INTIMA, FAMILIAR Y PRIVADA (art.26): "Las autoridades públicas respetan y protegen la vida íntima, familiar y privada".

SECRETO DE LA CORRESPONDENCIA (art.28): "El secreto de las cartas, telegramas, de otros envios postales, de las conferencias telefónicas y de los demás medios de comunicación es inviolable".

LIBERTAD DE CONCIENCIA (art.29): "La libertad de pensar, de opinar, así como la libertad de las creencias religiosas no pueden ser limitadas bajo ninguna forma. Nadie puede ser coaccionado a adoptar una opinión o a adherirse a una creencia religiosa contraria a sus convicciones".

LIBERTAD DE EXPRESION (art.30): "La libertad de expresar en público los pensamientos, las opiniones, las creencias y la libertad de las creaciones de toda clase, oralmente, por escrito, por imágenes, por sonidos o por otros medios de comunicación, son inviolables. La censura por parte del Estado está prohibida. La libertad de la prensa implica también libertad para fundar publicaciones. Ninguna publicación puede ser suprimida. La ley puede imponer a los medios de comunicación de masas la obligación de hacer pública la fuente que los financia. La libertad de expresión no puede perjudicar la dignidad, el honor, la vida privada de la persona ni su derecho a la propia imagen. Está prohibido por la ley difamar al país y a la nación, inducir a la guerra de agresión, odio nacional, racial, de clases, religioso, incitar a la discriminación, al separatismo territorial, a la violencia pública, así como a manifestarse de un modo obsceno, contrario a las buenas costumbres".

DERECHO A LA INFORMACION (art.31): "El derecho de los ciudadanos a tener acceso a toda información pública no puede ser obstaculizado...."El derecho a la información no debe perjudicar las medidas destinadas a proteger a los jóvenes".


Para Para apreciar la novedad de este nuevo texto legislativo sobre los media en Rumania conviene hacer algunas aclaraciones. Textualmente no difiere mucho de la ley de 1974. Pero hay un abismo entre la filosofía en que estaba inspirado aquel texto y la del actual. Esa diferencia se aprecia aún mejor si tenemos en cuenta la aplicación práctica de ambos textos. Por el año 1970 el régimen comunista rumano apretaba progresivamente el dogal de la vida privada. Era un riesgo grande visitar a nadie en su casa y llamar por teléfono desde el domicilio. Se recomendaba llamar desde las cabinas públicas para evitar desagradables sorpresas. En 1988 el miedo tradicional se había convertido en pánico. Los mecanismos de escucha se instalaban en los lugares más insospechados, como debajo de los platos en los restaurantes, donde había que tener buenas relaciones con los empleados para comer malamente y a oscuras. La vida familiar estaba minada. A veces se obligaba a la esposa a que espiara a su marido y viceversa. Los intentos de suicidio ante las presiones policiales destinadas a invadir la vida privada de las personas y hasta sus situaciones emocionales, no eran infrecuentes. Por supuesto que el secreto de la correspondencia era descaradamente violado sin ningún pudor. Entre las acusaciones contra el régimen comunista, formuladas por los viejos colegas de Ceuasescu y publicadas el 10 de marzo de 1989 por la BBC, se encuentra la denuncia de la omnipresencia de la "securitate", controlando sistemáticamente la correspondencia y las llamadas telefónicas. La libertad de pensamiento y de conciencia, aparentemente reconocida en la ley comunista de 1974, de hecho era un insulto. Los intelectuales no adictos al régimen fueron tratados como indeseables y gente inútil e insana. El respeto a la libertad religiosa por parte de la prensa fue una burla trágica que llevó a muchos a las cárceles y a la muerte ignominiosa por defender los fueros de su conciencia.

Nada era más peligroso para la libertad y la vida personal, a raíz de la publicación de la ley de prensa de 1974, que la libertad de expresión pública. Contra ese muro infranqueable se estrellaron muchos, que actualmente ya no pueden contarlo. Otros desaparecieron misteriosamente víctimas de un accidente de "tráfico callejero," provocado por los agentes de seguridad, o fueron condenados al ostracismo y la miseria, si no pudieron huir del país. Los periodistas eran forzados a ser activistas del PCR y era prácticamente imposible trampear la situación. Cualquier excepción sólo fue posible "colaborando" de alguna manera con los agentes de la "securitate". En la práctica la ley de 1974 negaba tanto el derecho de informar como el de ser informados. Preciso es reconocer que la nueva Constitución y la ley de los audiovisuales, aunque no hayan superado todavía la estructura mental y disciplinar de la ley de 1974, y aunque todavía estén en activo efectivos del antiguo régimen, se ha dado un paso importante y decisivo hacia una nueva era de auténtica libertad de expresión y de reconocimiento real del derecho de informar y de ser informados.


12. CONTENIDO Y SIGNIFICADO DE LA LEY DE MEDIOS AUDIOVISUALES DE 1992


El hecho de que tal ley se haya producido es importante porque se legitima el uso público de la radio y la televisión como derecho del pueblo, lo cual antes era impensable. Ahora se podrá no estar de acuerdo con las directrices gubernamentales para la creación y usos de esos medios, pero queda siempre asegurado el derecho a disentir razonablemente y a protestar contra los eventuales usos abusivos. De hecho las críticas que se han producido a raíz de su entrada en vigor el 21 de junio de 1992 han demostrado que, por lo menos, se ha perdido el miedo, que durante casi cincuenta años había tenido amordazada la libertad de expresión pública en Rumania.

Una de las críticas más sólidas de muchos profesionales de la información contra la ley en cuestión es que parece querer resolver de antemano todos los posibles problemas, lo cual puede perjudicar seriamente en la práctica la libertad de expresión que se pretende asegurar en el ámbito de la prensa, radio y televisión. La ley prohíbe explícitamente la censura, pero al mismo tiempo contiene una lista extensa de posibles infracciones que pueden ser castigadas con notable severidad. Es el reflejo de la ley comunista de 1974. Dumitru Iuga, presidente del sindicato de trabajadores de radio y televisión, ha llegado a decir que el tal sindicato seguía siendo el bastión de los comunistas empecinados.


El capítulo I es como un pequeño código ético, que sirve de legitimación filosófica de todo el texto legal. La ley garantiza la libre comunicación de ideas, opiniones e informaciones a través de la radio y la televisión en el marco de los derechos y libertades constitucionales. Es deber de los medios informativos audiovisuales el servicio de una información pública correcta. La censura de cualquier naturaleza queda prohibida, pero se acepta la selección de noticias hecha de buena fe y con sentido de responsabilidad. La libertad de expresión no puede ser excusa para dañar la dignidad, el honor, la privacidad de las personas y el derecho a la propia imagen. Se prohíbe terminantemente la difamación del país así como inducir a la guerra de agresión, el odio nacional, el racismo, social o religioso. O incitar a la discriminación, el separatismo territorial o a la violencia pública. Se prohíbe la revelación de la materia reservada y los secretos de Estado. Igualmente atentar contra las buenas costumbres mediante la difusión de la obscenidad. Como es obvio, la presente ley recoge la filosofía del artículo 30 de la Constitución sobre la libertad de expresión y sus límites.


Los autores o emisores deben asumir siempre la responsabilidad de sus emisiones. Menciona expresamente a los realizadores, autores y titulares de licencias para emitir. La publicidad radiotelevisada ha de hacerse de tal forma que fácilmente se la pueda distinguir del resto de los programas. Se reconoce el derecho de rectificación y de réplica por parte de cualquier persona que se sienta perjudicada y precisa la forma concreta de dar cumplimiento a ese derecho. Se reconoce a las personas jurídicas privadas para efectos del desarrollo de la radio y de la televisión, al tiempo que se crea el Consejo Nacional del Audiovisual, con autoridad pública autónoma. Todo el capítulo IV está dedicado a la estructuración de este organismo de control, cuya autoridad se consolida en el capítulo V. Llama la atención el art. 38 dedicado a las infracciones de la presente ley y a sus correspondientes sanciones. La emisión de un programa sin previa autorización, o sin licencia de emisión, podría ser motivo para pasar en la cárcel de 6 meses a 2 años. La alternativa sería una multa de 200 a 800 mil lei. Para otras infracciones se prescriben hasta 10 años de cárcel.

Es obvio que los presupuestos ideológicos de esta ley no son ya los marxistas en clave estalinista, como eran los de la ley de 1974, pero el esquema mental y su estructura dependen mucho de aquella. Sabemos que el FSN ha frenado en provecho propio el desarrollo efectivo de esta ley, pero por ley de vida los antiguos profesionales tendrán que ceder la antorcha de la libertad de expresión a las nuevas generaciones desenganchadas de una vez por todas de la triste herencia comunista. Con lo cual no quiero decir que esté garantizado un futuro de rosas. La transición rumana sólo ha hecho que comenzar y habrá que esperar todavía bastante tiempo para que se equilibre la balanza de los derechos y libertades públicas dentro de un marco de razonabilidad suficiente, que evite tanto el dirigismo arbitrario de los medios como el uso irresponsable y anárquico de los mismos.


13. PRINCIPIOS DEONTOLÓGICOS DE LOS PERIODISTAS RUMANOS


El 15 de mayo de 1991 la Asamblea Nacional de Periodistas Rumanos, siguiendo los pasos de la tradición occidental, adoptó el siguiente código deontológico del periodismo:

"La libertad de prensa garantizada por la Constitución incluye la independencia y libertad para informar, expresar ideas y criticar. Los redactores y periodistas deben ser conscientes de su responsabilidad para con el público en general y de sus obligaciones exigidas por el prestigio de la prensa. Ellos asumen públicamente su trabajo de periodistas, definido por la profesión y su conciencia, y no serán influenciados por intereses particulares o razones ajenas a su profesión.

Los principios siguientes del periodismo son para proteger la ética de la profesión sin ningún tipo de restricciones legales:

1. El respeto de la verdad y de la información verdadera del público general son los imperativos supremos de la prensa.

2. Las noticias y la información destinadas a ser publicadas deben ser cuidadosamente verificadas de acuerdo con las específicas circunstancias. Su verdadero contenido, por tanto, no se ha de distorsionar o falsificar en su formulación, en los grandes titulares o subtítulos, o en los comentarios en el caso de publicación de imágenes. Los documentos deben ser verdaderos en sus contenidos. Las noticias no verificadas, los rumores y las hipótesis se han de publicar con las adecuadas reservas. Tratándose de la publicación de fotografías, el hecho ha de ser explicado con subtítulos.

3. Las noticias y/o las afirmaciones, de las que se ha probado su falta de verdad, deben ser corregidas lo antes posible y de forma adecuada por la entidad de la prensa que las ha difundido.

4. Los métodos deshonestos de obtener datos, material informativo o gráfico están prohibidos.

5. No están permitidas las revelaciones de las entrevistas acordadas como confidenciales con el fin de obtener o de corroborar la información.

6. Toda persona de prensa debe mantener el secreto profesional, considerándose con el derecho a rechazar la revelación de información específica así como a proteger el secreto de identidad de las fuentes de información.

7. La responsabilidad de la prensa para con el público implica que los redactores no estén afectados por intereses personales o comerciales de terceras partes. Los publicistas y editores deben resistir a todo tipo de presiones tomando todas las medidas necesarias para llegar a una clara separación de la publicación editorial de los textos publicados con fines publicitarios. El texto y las imágenes de publicidad, incluidos los diseños, deben estar proporcionalmente etiquetados.

8. La prensa respeta la privacidad de las personas. En caso de que el interés público esté afectado por la conducta privada de una persona, se permite la pertinente información por parte de la prensa. Cualquier violación de los derechos de terceras personas debe ser chequeado antes de la publicación del material de esta índole.

9. La publicación de acusaciones infundadas y, especialmente, de información potencialmente perjudicial para el honor de una determinada persona es contraria a la ética periodística.

10. La publicación de material gráfico, potencialmente perjudicial para la moral o los sentimientos religiosos de un grupo determinado de personas, es incompatible con la responsabilidad de la prensa.

11. Toda exhibición de violencia, brutalidad y sensacionalismo debe ser abandonada. En todo reportaje publicado se ha de tener en consideración la protección de los adolescentes.

12. No se permite la discriminación por razón del sexo, grupo, raza, religión o nacionalidad.

13. Las noticias sobre cortos procesos policiales deben ser presentadas de tal forma que no se cause daño a ninguna de las partes implicadas. Por consiguiente, no se permite expresar en la prensa, en artículos o titulares, antes o durante esos procesos policiales, actitudes subjetivas potencialmente perjudiciales para alguna de las partes implicadas. Tratándose de jóvenes delincuentes, se recomienda, pensando en su futuro, abstenerse de publicar sus nombres o fotografías.

14. En los artículos sobre medicina, se debe evitar toda tendencia al sensacionalismo causando miedos y esperanzas sin fundamento. Los descubrimientos científicos en proceso de experimentación no deben ser presentados como hallazgos verificados.

15. Toda aceptación de beneficios de cualquier género, capaces de restringir la libertad de decidir de los editores y publicistas es incompatible con el prestigio, la independencia y la misión de la prensa. Todo individuo corrupto en la diseminación o retención de información obra contra la ética de la profesión.

16. Las sentencias públicas de las Cortes de Honor de las Asociaciones de Periodistas se han de publicar necesariamente en los mass media a fin de ofrecer al público en general una información verdadera".

El valor de este texto es eminentemente testimonial. Durante el largo período de engaño comunista se comprende que los periodistas afirmen que la verdad y la veracidad son imperativos supremos de la prensa y que el fin perverso de la propaganda marxista no puede seguir siendo pretexto para torturar la verdad informativa. Que el colectivismo socialista no puede imponerse por la fuerza a costa de los fueros de la intimidad y vida privada de las personas que no comulgan con los déspotas del poder. El solo hecho de poder proclamar unos principios de ética profesional de la información como rechazo de la ley de prensa de 1974 es muy importante independientemente de que tales principios se lleven o no después a la práctica de forma satisfactoria.


14. CONSIDERACIONES FINALES


Cinco años después de la caída de la dictadura comunista las cosas en Rumanía van mejorando poco a poco, a pesar de la resistencia de los antiguos detentores del poder. La libertad de expresión como derecho humano es plenamente reconocida y ahora es cuestión de contar con los medios materiales para la estructura social de su ejercicio efectivo en todos los campos. La buena voluntad no falta, pero queda todavía camino por andar para superar sentimientos e ideologías del pasado que dividen a muchos rumanos. La Iglesia ortodoxa, por ejemplo, tiene que superar su tradicional falta de universalidad y el condicionamiento de la fe cristiana a los sentimientos políticos nacionalistas, que tanto se alejan del mesianismo universal de Cristo más allá de las fronteras privilegiadas de Israel. La etapa vetero-testamentaria de la historia de la salvación ha sido suplantada ya por la nueva economía de la salvación promulgada en el Nuevo Testamento. Por su parte, la Iglesia Católica tiene que superar el síndrome de persecución y entrar en el juego abierto del combate de la fe fuera de las catacumbas al aire libre y en libertad. Muchos cristianos, católicos y ortodoxos, supieron vivir ejemplarmente la fe en la persecución y tienen que aprender ahora a vivirla en libertad. La gran asignatura pendiente es todavía el ecumenismo y la incomprensión entre las jerarquías eclesiásticas, pero también en este orden de cosas se aprecia una vuelta progresiva a las buenas razones y a la sensatez. Es de esperar que, superada la intoxicación marxista -que tanto daño hizo a las iglesias- con el curso del tiempo y la irrupción de las nuevas generaciones de rumanos, el horizonte quede definitivamente despejado hacia una nueva era en la que triunfe la esperanza contra el desencanto.


La libertad de expresión en Rumania mediante la prensa es ya una realidad palpable. Como en todos los países del antiguo telón de acero, existen las dificultades prácticas para su ejercicio pleno. Los nuevos gobiernos no saben todavía gobernar sin mangonear a los medios de comunicación y no soportan las críticas que desde ellos se les hace. Tampoco los periodistas del antiguo régimen acaban de acostumbrarse a los cánones del periodismo libre y responsable y tienden a irse por los extremos. Están además los problemas prácticos de distribución de la prensa y los precios del papel extremadamente escaso y de baja calidad. En cualquier caso el proceso es a mejor. Sólo hay un peligro y es que el espíritu del nuevo materialismo liberal suplante en todo al antiguo materialismo dialéctico marxista resultando así tan malo el remedio como la enfermedad NICETO BLAZQUEZ, O.P. (Madrid 11/IX/1995).

ROMDRAG416

ROMDRAG415

ROMDRAG414

ROMDRAG413

ROMDRAG412